viernes, 17 de mayo de 2013

Cultura Mainstream


Este libro recoge una investigación sobre la guerra mundial de los contenidos. Está realizado desde una perspectiva interpretativa, mediante una metodología etnográfica, en la que se estudian y transcriben casos. Esos casos relatan la experiencia de mujeres y hombres que han sido y/o son un referente para la industria cultural mundial o en su país.
Lo primero que habría que aclarar es que se entiende por “cultura mainstream”. Su traducción literal significa “dominante” o “gran público”, se emplea para un medio, un programa de televisión o un producto cultural destinado a una gran audiencia. Sería lo contrario y la contracultura o nichos de mercado (p. 23)
El libro se divide en dos partes claramente diferenciadas. La primera se dedica al análisis del papel de EEUU dentro del mercado del entretenimiento. Y la segunda a estudiar la situación que se está dando, con respecto a esta temática, en el resto del mundo. Esta división está justificada por la gran influencia estadounidense, que lo convierte en un fenómeno a analizar más en profundidad.
PRIMERA PARTE: EL ENTRETENIMIENTO ESTADOUNIDENSE
- En capítulo 1, nos habla de la figura de Jack Valenti, principal embajador y diplomático estadounidense, durante el mandato del presidente Johnson. Presidente de la MPAA (Motion Pictures Asocioación of America), supo utilizar la industria de Hollywood para favorecer las relaciones políticas y a la vez favoreció políticamente a la misma. Se cita a otros como Steve Solot, quien representaba a los estudios en América Latina y gestionó las relaciones entre ellos para convertir a EEUU en el principal dominador de la cuota de pantalla.
A lo largo del capítulo nos deja entrever la relación existente entre la política estadounidense y la industria del cine, de cómo colaboran para favorecer la expansión del mercado del entretenimiento estadounidense. Pero también se hace referencia al peligro que suponen internet y la piratería, para este predominio y el reto que esto implica para sus principales líderes.
Un último aspecto que destacaría y que se podría extrapolar a los diferentes ejemplos de mainstream que se citan en el libro, es la renuncia a sus principios para convertir su producto en mainstream, en función de las demandas del mercado.
- El capítulo 2, nos acerca al fenómeno de los multicines, a como emergieron inicialmente en EEUU en forma de auto-cines, paulatinamente fueron siendo sustituidos por otro fenómeno, el de los centros comerciales. Los auto-cines, eran un lugar seguro y cómodo para las familias, pero el  desarrollo urbano llevó a concentrar las salas de cien en centros comerciales, alejados de las mismas. Pero la industria de los multicines no es exclusiva de EEUU, sino que los principales países del mundo (China, India, Brasil, Egipto,..) han invertido millones de euros en la construcción de gigantescas superficies comerciales, en las que insertan los multicines.
Como complemento a este fenómeno, se creó la costumbre de consumir palomitas de maíz y beber un refresco de cola, lo que implicó una gran lucha entre las dos principales marcas de refresco de EEUU y el enorme desarrollo de ambos sectores. En consecuencia, tanto el sector del cine como estas empresas, comenzaron a establecer acuerdos comerciales como la industria del cine y los centros comerciales, para aumentar sus beneficios.
- El capitulo 3, nos habla de Disney y de su estrategia cultural, centrada en “crossover”, mezcla constante entre el arte y la cultura de masas. En caso de Disney, la figura que resalta es la de Michael Eisner, quien se convertiría en presidente de la compañía en 1984. Con Eisner, la compañía apostaría por una integración vertical, en la que las decisiones se tomaban en el núcleo de la empresa, pero los contenidos culturales se desarrollaban por diferentes vías y filiales. Quizá el principal rasgo de su dirección, fue no asumir riesgos, solo apostar por mainstream. Otro factor a destacar de la compañía es su política de contratación favorable a la diversidad, lo que la impregna de matices interculturales y le acerca a un público más diverso.
Martel se refiere a los movimientos estratégicos que fue haciendo la compañía para ser competitiva. Nos habla de la película “Toy Story” como ejemplo de cooperación entre Disney y Pixar y de la adaptación a Broadway de la película “El rey León”, que supuso una gran inversión por parte de la compañía para cambiar radicalmente el barrio. También comenta como se produjeron algunas ayudas políticas que ayudaron a Disney a comprar Miramax.
Es Disney y principalmente bajo el liderato de Eisner, es una de las empresas citadas en la obra que más se resiste a abandonar sus valores iniciales para convertir su producto en mainstream. Como prueba de ellos tenemos la adquisición o acuerdo de colaboración con otros estudios para producir títulos que salgan de lo que podríamos llamar su línea editorial, el cine familiar.
- Hollywood es el tema que centra el capítulo 4. Martel nos habla de cómo ha evolucionado la industria de Hollywood hacia estudios cada vez más independientes. Cada película se convierte en una experiencia autónoma, lo que afecta a todo el mercado laboral que gira en torno a Hollywood (salarios, copyright, actores, sindicatos,…). El mercado del cine se descentraliza y se abre a la producción en otros países. Es el caso de la empresa Japonesa Sony, que adquiere los estudios Columbia para tratar de abarcar el mercado de los contenidos. Colaboran con Hollywood, pero las decisiones se toman enteramente en EEUU, como en el caso de la saga de “Spiderman”.
El autor, también nos habla de los estudios de mercado que se realizan desde Hollywood para tratar de extender el negocio del cine a otros países como China o India, siendo el marketing, el elemento esencial para convertir las películas de Hollywood en verdaderos mainstream en otros países. No se trataba solo de de hacer productos homogéneos para llegar a grandes masas de público, sino de adaptarlas a su cultura para que fuesen realmente atrayentes. Pero la llegada de internet supuso un verdadero varapalo para este tipo de prácticas, lo que les obligó a replantear toda su estrategia de distribución.
Finalmente, dedica un apartado a los sindicatos que se convierten en un monopolio dentro de la industria del cine. Estos  ofrecen garantías a los actores, pero principalmente limitan el sistema de acceso a los que estén sindicados. Lo que evidentemente perjudica a los actores que vienen de otros países.

- El capítulo 5, se podría resumir en la descentralización de la industria del cine hacia pequeñas productoras. Le necesidad de los grandes estudios de tratar de abarcar diversos contenidos y reducir los costes, les lleva a recurrir a productores “independientes”, aspecto que realmente resulta difícil de diferenciar  por la gran cantidad de filiales que se crean.
Uno de los aspectos que más me llama la atención es la gran cantidad de talento que se pierde por el camino. Ya industria del cine actúa como filtro y solo el 10% de lo que se crea es finalmente producido y comercializado.

- La invención de la música Pop, es el aspecto analizado en el capítulo 6. Dice Martel que “la Pop music no es un movimiento histórico, no es un género musical, se inventa y se reinventa. Es simplemente una abreviatura de <<popular>>, una cultura, una música que se dirige a todos y que, desde buen principio, aspira a ser mainstream” (p. 126). Sitúa uno de los posibles orígenes en Detroit y en la discográfica Motown. La ciudad se convirtió en uno de los grandes destinos del éxodo negro y eso llevo a que su cultura lo impregnase todo. Uno de los aspectos que más influyeron fueron sus prácticas religiosas y los coros de las iglesias. Pone como ejemplos a Otis Redding y a Ray Charles, entre otros, de cantantes que se formaron en estos coros. Pero la música negra no se convertiría en mainstream hasta que alcanzase a un público más amplio, lo que sucedió cuando empezó a venderse intencionadamente a los blancos, como música popular estadounidense.
La segunda ciudad que destaca es Nashville, como lugar de producción de música country y cristiana, que no se exportan ya que están muy contextualizadas en sus singularidades. Se trata de dos ejemplos de contracultura a los que les resulta muy difícil convertirse en mainstream.
Por otro lado, destaca a Bruce Lundval, como uno de los hombres más influyentes de la música estadounidense. Lundval presionó al congreso para la lucha contra la piratería  y para evitar la influencia de internet en el mundo de la música.
Otros aspectos que se analizan a lo largo del capítulo son: la generación de las listas de éxitos y la corrupción que se produjo en torno a las mismas, con los sobornos a las emisoras de radio por parte de la agencias; la influencia de “Los Oscar” para convertir las canciones en mainstream;  la transformación y la mezcla de los estilos musicales (Berry Gordy: música negra en hip. David Geffen: rock en soft y pop en cool) para abrir mercado y obtener mayores beneficios.
El último fenómeno que se aborda en el capítulo, es la fundación y evolución de la MTV, como ejemplo de música para la televisión. Una afirmación de Martel podría resumir la evolución que lleva a la MTV a ser lo que es hoy: “la capacidad de innovar y de abandonar, sin pensarlo dos veces, la mayoría de los propósitos; de imaginar toda clase de cosas y renunciar constantemente. La creación/destrucción es una dimensión esencial de la innovación en las industrias creativas” (p. 148). Ese es el ejemplo de la promoción de la música negra, aspecto al que se negaba en un principio, y que llegó a salvar la compañía.
- El capítulo 7 vuelve a tener el estudio de casos como protagonista, pero es quizá uno de los más representativos. La figura de tres mujeres emblemáticas en EEUU es el hilo conductor.
La primera de ellas es Pauline Kael, quien destaca por ser una innovadora en la crítica cinematográfica. Fue “una de las primeras en tomarse en serio el cien mainstream y el entertainment desde el punto de vista crítico” (p. 156). “Hizo que las películas mainstream fuesen intelectualmente respetables  y contribuyó a la desacralización del libro a favor de la película” (p. 158).
Tina Brown es la segunda. Se convirtió en redactora jefe de Vanity Fair e introdujo un nuevo estilo en el periodismo cultural, mezcló la información intelectual con otra que respondía a los intereses de sectores más populares. Su “estrategia fue escribir para el gran público sobre <<alta cultura>>” (p. 165), transformando el producto en mainstream.
La última de ellas es la más conocida a nivel mundial, Oprah Winfrey. Se trata de “la mujer más poderosa del mundo de los medios de comunicación” (p. 168). Fue la creadora de un género copiado en el resto del mundo, los talk show. En ellos confina el mainstream con cuestiones sensibles, promueve la lectura entre las clases populares y sobre todo, ofrece su storytelling, utiliza su dramática historia personal como ejemplo de superación.
- La USC (University of Southern California) y su decana Elizabeth Daley, son las protagonistas del capítulo 8. En él se relata la estrecha colaboración entre la industria de Hollywood y las universidades estadounidenses, convirtiéndose estas últimas, en la “rama” de investigación y desarrollo de las primeras.
Hollywood les proporciona equipamientos y les da la posibilidad de vivir experiencias prácticas en verdaderas producciones. A cambio obtiene un producto más barato, dispone de talentos emergentes, pero sobre todo, de una gran riqueza cultural, ya que la universidad está llena de estudiantes de todas las nacionalidades (China, África, India,…), a traídos por el prestigio de la industria y las universidades Hollywoodienses.
Cabe destacar la colaboración por parte del estado que acelera los visados de los estudiantes y trabajadores del cine, para que la industria pueda contar de ese talento extranjero. Pero como ya comenté anteriormente, la industria del cine estadounidense cuida muy bien de los suyos, prueba de ellos es la labor de filtro de los sindicatos.
SEGUNDA PARTE: LA GUERRA CULTURAL MUNDIAL
- El capítulo 9 nos habla de cómo EEUU intentó sin éxito, controlar la industria del cine en China.
El primero de los factores que contribuyó a ello fue la tremenda censura impuesta por el gobierno chino. Las películas estadounidenses tenían que pasar por una serie de filtros mediante los cuales el gobierno evitaba que las películas estadounidenses copasen la cuota de pantalla.
Otro aspecto fue la limitación de emisión en los multicines, lo que redujo mucho los beneficios de las películas americanas.
El tercero de los factores fue el mercado negro de copias ilegales, que permitió difundir películas americanas en china, pero sin que estos tuviesen beneficios económicos. Este ha sido y es un tema candente, puesto que el gobierno chino hace la vista gorda.
Ante esta situación, la industria de Hollywood trató de hacerse con el mercado desde dentro (tratando de contextualizar su producto, adaptándolo a la cultura china), comprando o estableciendo acuerdos con multinacionales chinas. Es el caso de Sony, interesada en entrar en el mundo de los contenidos. Pero esta estrategia tampoco funcionó debido a las limitaciones que les impuso el gobierno chino.
En el capítulo también se nos habla de Hong Kong, como capital del entertainment en China y la compara con la situación de Miami y El Cairo.
Finalmente, Martel recurre al estudio de otro caso para ilustrar la impotencia estadounidense en China. Se trata de Rupert Murdoch, quien se vio obligado a sacrificar sus ideales y tras varios intentos fallidos para controlar en mercado de los contenidos en China (apostó por las compañías Star y Phoenix, e invirtió en el desarrollo web de China), tuvo que retirarse.
- Como vimos en capítulo anterior, hay países donde la industria cinematográfica norteamericana no consigue controlar la cuota de pantalla. El capítulo 10 se centra en otro de esos casos, la India.
A diferencia de China, Bollywood (industria cinematográfica india) no teme el potencial estadounidense. Confían en su capacidad para producir contenidos y su red de distribución de internet. Utilizan una estrategia distinta a la norteamericana, mezclan todos los géneros para llegar a todos los miembros de la familia. Consiguen el mainstream a través del “tutti frutti” (p. 239). Bollywood desempeña un papel importantísimo en la unidad nacional, ya que crea un sentimiento colectivo, las diferentes regiones lo sienten como algo común.
No ven peligrar su mercado interior, en el que los extranjeros no tienen limitaciones para intervenir libremente. La verdadera limitación está en su cultura, que dificulta la aceptación de determinados productos exteriores. Ven a EEUU como un posible aliado para enfrentarse al que consideran su verdadero enemigo, China. Es en el ámbito del mercado internacional, donde su forma de hacer cine no resulta tan competitiva, debido al mismo factor por el que triunfa en su país, su cultura.
Podemos considerar a la India como una potencia emergente, cuya capacidad de hacer competencia a EEUU en el ámbito internacional está por comprobar. Su “declive en países como África y tercer mundo es algo anunciado” (su cultura no casa con la de estos). “La cuestión está en lo que sucederá en otros como el Golfo y Oriente Medio” (p. 251).

- El capítulo 11 se centra en la industria cultural japonesa. Uno de los aspectos que analiza es la industria del Pop en el mercado asiático y su potencial exportador como acompañamiento para los dibujos animados, películas de animación, videojuegos y series de televisión (en especial los dramas).
Japón se ha dado cuenta de que ya no es suficiente con fabricar hardware, empieza considera la necesidad de entrar en el mercado de los contenidos. Ve en el marcado del manga uno de sus puntos fuertes y aprovecha que China no considera música un mercado prioritario (no lo regula tanto como el cine) para exportar sus productos. Dice Martel que “a su manera, los japoneses funcionan en Asia exactamente igual que los estadounidenses en el resto del mundo” (p. 267).

- La batalla de formatos en Asia oriental, el fenómeno de los culebrones durante el Ramadán y las telenovelas en América latina, son los temas que se abordan en el capítulo 12.
“La guerra audiovisual en Asia Oriental,… es en realidad una batalla de formatos” (p. 274). Lo que buscan comercializar son productos acabados, sino conceptos que suponen una menor inversión y producen más rentabilidad. Es ahí donde tiene su mercado Corea, que produce verdaderos fenómenos de masas. Se trata de dramas protagonizaos por jóvenes y seguidos por miles de adolescentes, que están tolerados por la censura china y por tanto son exportables. La duda está en sí serán exportables al mundo musulmán, aunque ya han tenido éxito en Irán y Afganistán.
Por otro lado, el mercado cinematográfico coreano está en un claro desplome, debido a que ha flexibilizado sus cuotas de pantallas (lo que ha permitido el dominio estadounidense) y la escasa producción de películas mainstream.
El segundo aspecto que se trata es el mercado audiovisual musulmán, que tiene su éxito en los culebrones, inicialmente producidos para el ramadán. Existe una lucha entre los culebrones egipcios, nada modernos y muy marcados por su cultura, y los sirios, que tiene un formato más actual y abordan temas tabú.
Por último, aborda el fenómeno de las telenovelas en América Latina, con el principal predominio de Brasil, que se ha convertido en una potencia emergente. Además cuentan un potencial mercado exterior en Europa, con países como Rusia, Polonia, Serbia y República Checa, en los que funciona muy bien.
- En el capítulo 4, al hablar de Hollywood, se comentaba que la industria del cine estadounidense tiene una gran riqueza cultural. El objetivo del capítulo 13 es reflexionar sobre la ciudad más mestiza de EEUU, Miami. Se podría considerar que se trata de una pequeña reproducción de América Latina, sobre todo en lo que al mundo de la música se refiere. Pero la verdadera música latina es difícil de exportar, no es mainstream. Ese el motivo de que se produzcan formatos más comerciales, como el reggaetón que tiene gran éxito porque conecta con las raíces latinas y la vez representa la cultura estadounidense.
Pero el éxito en el mercado latinoamericano de Miami, no está solo la mezcla de culturas, ya que allí se concentran las grandes agencias, los principales clubes y discotecas y las radios; lo que también atrae a los principales cantantes latinos, que se han asentado allí. Otros factores como  las ayudas públicas y la inexistencia de criminalidad y corrupción, refuerzan este predominio; aspecto que frena el desarrollo de la industria musical en países como Venezuela.
Este tipo de música producida en Miami se exporta a México y Brasil, pero como ya hemos dicho, no es verdadera música latina sino música estadounidense. Este es el motivo de que se acuse a los cantantes latinoamericanos de haber renunciado a sus raíces.  

- El capítulo 14 nos habla del canal Al Yazira, y cómo se convirtió en mainstream en el mundo árabe. Dos fueron los factores que contribuyeron a este hecho: la caída del canal francés Clear Channel France, que dejé el camino libre a Al Yazira; y la adopción del modelo estadounidense de los talk show. Dice Martel que “el mundo árabe está muy dividido, y eso es lo que explica que este tipo de programas siempre acaben encontrando un equilibrio y la audiencia lo aplauda” (p. 330). Otro de los ejes principales de Al Yazira es el deporte, su apuesta en  este ámbito fue la que hizo que se convirtiese en un medio más internacional.
Una de las grandes competidoras de Al Yazira en el mundo árabe, es la compañía libanesa AL Manar, que ofrece un producto totalmente nacional, debido a que toma partido por los chiitas libaneses y palestionos.
La MBC de Dubái, es la tercera en discordia. Su triunfo en el país se debe a tener una política que mezcla enseñanza y entretenimiento, a lo que denominan como edutainment. La importancia de Dubái es enorme, ya que es la capital de la industria de los contenidos para el mundo árabe en general y para el mundo iraní en particular.
Otro de los factores que se abordan en este capítulo es la influencia de las industrias culturales extranjeras. Es destacable la presencia estadounidense y el buen posicionamiento de Venezuela con la cadena Telesur que mantiene un acuerdo confidencial de colaboración con Al Yazira.
Concluye en capitulo hablando de Palestina y comentando un factor que influye totalmente en la difusión, pero no es sus beneficios económicos, de Al Yazira y de todos los mercados que quieran penetrar en el mundo árabe, se trata del mercado negro de la televisión, representado por decenas de miles de antenas y parabólicas y descodificadores.
- El grupo mediato y de entertainment Rotana, propiedad del príncipe Al Waleed, es el protagonista principal del capítulo 15.
Rotana “posee estudios de cine en El Cairo y esto le daría el control del 50 por ciento del catálogo cinematográfico árabe. En la música, el dominio es aún mayor: casi el 90 por ciento de la música mainstream comercializada en el mundo árabe, estaría en sus manos” (p. 362). Además ha invertido millones de dólares en para desarrollar la televisión por internet y es dueña de una veintena de pequeñas cadenas, prohibidas en varios países, pero accesibles gracias a las antenas del mercado negro.
Por su puesto, los norteamericanos no quieren dejar pasar la oportunidad de penetrar en este mercado y por ello la Sony Corporation of America ha firmado un contrato con la cadena.
Finalmente, el capítulo nos habla de la concentración de las industrias de los contenidos en tres puntos estratégicos: la música en el Líbano, la televisión en Dubái y el cine en El Cairo.  Cabe destacar la fuerza de la censura en el mundo del cine, lo que ha hecho que solo EEUU sea capaz de penetrar en este mercado, aunque de una forma moderada.
- El capítulo 16 se centra en analizar las circunstancias que hacen de Europa un continente con poco peso en el actual mercado de los contenidos. Para tratar de resumirlo lo mejor posible, utilizaré algunos fragmentos citados textualmente.
“…Cada uno de los países europeos aislado tiene poco peso en el flujo de contenidos internacionales, aunque Reino Unido, Alemania y Francia aparezcan en él. Pero la Europa de los veintisiete es fuerte: ocupa el segundo puesto, por detrás de EEUU, en cuanto a exportación de contenidos…” (p. 387). Pero las importaciones superan las exportaciones, lo que hace que la balanza de pago sea muy deficitaria en materia de cultura e información.
“Lo europeos raras veces producen cultura mainstream <<europea>>” (p. 381). Aunque están las excepciones de Francia o Inglaterra, que sí lo hacen, pero a nivel nacional.
Existen importantes majors del disco europeas, pero las decisiones se toman en EEUU.
“…En todas partes se ha visto un poco de lo mismo: una cultura nacional fecunda, con frecuencia de calidad, a veces popular, pero que no se exporta; frente a ella, una cultura estadounidense omnipresente que constituye el <<resto>> de la cultura…” (p. 392).
“…Toda la cultura mainstream europea está evolucionando hacia el modelo belga. Batallas de lenguas, de identidades culturales, un desconocimiento cada vez mayor de las cinematografías y las músicas de los demás países, pocas lecturas  comunes, una fragmentación comunitaria, y la cultura estadounidense que, gracias a estas divisiones, progresa inexorablemente…” (p. 399)
Dentro de este clima poco esperanzador, existía la esperanza de exportar música al continente africano, pero el mercado negro, la fuerza que están tomando industrias como las de Nigeria o Sudáfrica y la competencia china y estadounidense, han reducido las posibilidades de las principales ciudades europeas del sector (Inglaterra y Francia).
El último aspecto que analiza este capítulo es la cultura mainstream en Turquía, el único de país europeo con posibilidades de comercio internacional, ya que disponen de contenidos nacionales, pero también bien aceptados en el mundo musulmán y oriental.
En base a toda la información que ha ido recogiendo, Martel llega a las siguientes conclusiones:
  • En la guerra por los contenidos se enfrentan fuerzas muy desiguales. Hay una batalla de posiciones entre los países dominantes, que son pocos y participan en la mayoría de los intercambios culturales. Hay una segunda batalla entre los países dominantes y los emergentes, por hacerse con el mercado de los países dominados. También existen batallas regionales para obtener influencia a través de la cultura y la información.
  • A nivel mundial, las culturas nacionales se refuerzan, aunque el otro referente cultural sea EEUU.
  • “…Frente a la escasez de productos populares en muchos países, los estadounidenses han aprendido muy pronto a adaptarse a las realidades locales: practican una globalización activa, que combinan una difusión de contenidos en masa, indiferenciados y mainstream, con una difusión especializada de nichos que tienen en cuenta a los países importadores…” (p. 421).
  • Pero EEUU ya no está solo en el mercado de los contenidos. Países emergentes como Brasil, o  potencias como India le acompañan en esta carrera por hacerse con los mercados internacionales. Otros como China o Egipto,  utilizan la censura como arma par contrarrestar su dominio, pero sus posibilidades en el sector son reducidas, debido a que protegerse puede resultar no suficiente en el mercado actual.
  • La protección financiera, la existencia de infraestructuras, la presencia de los medios, la diversidad étnica, lingüística y cultural, o la gran libertad, son algunos de los factores que han permitido a algunas ciudades del mundo convertirse en capitales de la industria cultural.
  • Europa está en un claro declive, lo que podría ser debido a los siguientes factores: el sistema es mucho más competitivo que antes; el envejecimiento de la población europea priva a las industrias creativas de los jóvenes, principal mercado del entertainment; la definición de la cultura, historia y patrimonio, con frecuencia elitista y antimainstream; la ausencia de un verdadero mercado interior; y lo más grave, la desaparición de su cultura común. El autor se plantea cómo ha llegado a eso y encuentra la respuesta en la debilidad de las universidades europeas, la ausencia de redes de televisión comunes, el retraso tecnológico, la insuficiente innovación, la desconfianza repetida respecto a Internet y lo digital, la emigración de los creadores más innovadores y el rechazo de las culturas producidas por los inmigrantes. Como posible vía para afrontar el problema, plantea dar una oportunidad a la inmigración y priorizar el realce de la diversidad cultural.
  • Internet tendrá una influencia determinante en el mercado de los contenidos. Es posible que el copyright se quede obsoleto, los intermediarios sean inútiles, los críticos prescindibles y se han innecesarios los procesos de selección y distribución de los contenidos. Pero se seguirá escuchando música y radio, leyendo periódicos y libros, y se verán películas. “Lo único que hará falta es construir un modelo económico” (p. 439). En lo que a la cultura mainstream se refiere, internet puede ser un buen complemento para su amplificación, lo que conllevará que ya no existirá un único mainstream sino varios, en función de los diferentes países y zonas geográficas.
  • “Si Europa no reacciona, se verá marginada y, frente a los países emergentes, quedará sumergida” (p. 443).



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