viernes, 26 de abril de 2013

AMORES PERROS

Quiero comenzar esta entrada haciendo referencia al enlace que he insertado en la foto y que conduce a una infografía sobre la película, realizada por nuestro compañero Javier Hidalgo. En ella nos ofrece un completo análisis del argumento de la película y de los personajes principales. Por ese motivo trataré de que mi aportación vaya en el sentido de analizar la interactividad que nos ofrece la obra.
La historia se compone inicialmente de tres lexías con un nexo de unión, los perros. En determinados momentos de la película, da la sensación de que las vidas se entrelazan de una forma forzara, tratando de justificar un nuevo lexía que parece innecesario. Pero esto cambia cuando visionamos un poco más y nos percatamos de que surgía otro nexo en el proceso de evolución personal (tanto positiva, como negativa) de cada personaje. Ese proceso acercaba a los personajes principales (lexías principales) a otros secundarios, de forma que surgía la posibilidad de que el espectador generase recorridos diferentes, con diferentes hilos conductores: vida-muerte, perros y personajes.
En cuanto a los recursos técnicos utilizados en la dirección y producción, cabe resaltar el uso del campo/contracampo para generar en el espectador la sensación de Voyeur, para hacerle mirar por los ojos de los protagonistas.
En cuanto a los procesos de identificación que sufre el espectador, podríamos afirmar que se ven estimulados por la multitud de miradas que favorece la trama, generando una sensación de identificación/desidentificación múltiple. Es decir, que el proceso de cambio que sufren los diferentes personajes (incluyo aquí a los perros) nos ofrece la posibilidad de valorar el conjunto, en el que existen cosas buenas y malas, e identificarnos con un@s u otr@s en función de nuestra predisposición personal.
En último elemento que considero a destacar es la utilización del sonido. Iñárritu utiliza las voces, los ruidos y la música para generar un “punto de escucha” (Machado, 2009, p. 102), para centrar nuestra atención en elementos que están fuera de plano u orientarnos a un nuevo plano o escena. También utiliza este recurso para dar sensación de cercanía o lejanía con los personajes y/o la acción. Pero en mi opinión, su empleo más interesante está en contextualización emocional, es decir, en usar la música (principalmente) para crear un contexto invisible, el de las emociones de los personajes.
Referencias:
  • Machado, A. (2009): El Sujeto en la Pantalla. La aventura del espectador, del deseo a la acción. Barcelon: Gedisa Ediciones.

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